El Gobierno admite que hay 443.078 fijos discontinuos inactivos que no cuentan como parados

Evolución del número de trabajadores con contrato fijo discontinuo inactivos que están inscritos en las listas del paro.
Evolución del número de trabajadores con contrato fijo discontinuo inactivos que están inscritos en las listas del paro.
Carlos Gámez
Evolución del número de trabajadores con contrato fijo discontinuo inactivos que están inscritos en las listas del paro.

En España hay 443.078 trabajadores con contrato fijo discontinuo inactivos que están buscando empleo pero que no cuentan como parados. Tras varios meses de polémicas, el Gobierno ha revelado el número de fijos discontinuos inscritos como demandantes de empleo en las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) que no están trabajando. Algo que le habían reclamado en repetidas ocasiones desde la oposición parlamentaria, centros de estudios como Fedea o BBVA Research e incluso los sindicatos. 

La publicación de este dato es relevante para cuantificar los efectos indirectos que está teniendo el auge de los fijos discontinuos en la estadística del paro que publica mensualmente el Ministerio de Trabajo. El número de contratos de este tipo firmados desde la entrada en vigor de la nueva normativa laboral se ha multiplicado por diez en comparación con lo registrado en 2019. 

El Ejecutivo ha difundido este dato como respuesta a una pregunta parlamentaria formulada por las senadoras del PP María Teresa Ruiz-Sillero y Ana Isabel Alós, tal y como ha avanzado el diario El Mundo este martes. La respuesta, a la que ha tenido acceso 20minutosdesglosa el número de trabajadores fijos discontinuos inactivos y parados desde enero de 2022, el primer mes en el que tuvo efectos la reforma laboral, y hasta diciembre de 2022. Un periodo en el que el número de trabajadores en esta situación ha aumentado un 80%. De los 443.078 fijos discontinuos inactivos que estaban buscando empleo en diciembre, el 61% (268.402) estaban recibiendo prestación por desempleo, según los datos que ha facilitado el SEPE a petición del PP.

La divulgación de esta cifra arroja algo de luz a la polémica surgida por el efecto que ha tenido el auge de este tipo de contratos sobre los datos de paro registrado. Desde la oposición se ha acusado en repetidas ocasiones al Gobierno de "maquillar" la estadística. 

Una idea que el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, ha repetido este martes. "Nos insultaron por decir que el Gobierno estaba maquillando las cifras del paro. De nuevo se descubre que teníamos razón", ha comentado esta mañana Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP, en su cuenta de Twitter

Por su parte, la portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, ha registrado una petición de comparecencia para que Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, dé explicaciones sobre lo que en el PP consideran "ocultación" de información. "Exigiremos que el paro contemple a esos españoles porque ese maquillaje esconde una realidad social", ha expresado Gamarra. Lo que el PP denuncia es la "falta de transparencia" del Gobierno, que "cada mes decía que no tenía el dato cuando realmente lo maquillaba y lo ocultaba".

En este sentido, fuentes gubernamentales consideran que la cuestión de los fijos discontinuos es un falso debate y recuerdan que el tratamiento estadístico de estos contratos no ha cambiado con la reforma laboral. Además, señalan que el número de fijos discontinuos activos se refleja en los datos de afiliación a la Seguridad Social.

Conviene recordar que los datos de paro registrado nunca han incluido a los fijos discontinuos que están inactivos, pues, aunque no estén trabajando, todavía mantienen una relación laboral. Teóricamente, cuando la empresa que les contrató vuelva a tener actividad debe reincorporarlos. Sin embargo, también es cierto que hasta la entrada en vigor de la reforma laboral este tipo de contrato se empleaba con mucha menos frecuencia.

Efectos sobre el paro registrado

La influencia que ha tenido el despegue de este tipo de contratación sobre los datos oficiales del paro es indudable, aunque la explicación es algo compleja. Según los registros del SEPE, entre enero y diciembre del año pasado, el paro registrado se redujo en 285.425 personas (un 9,1%). Una caída que, si se incluyera a los fijos discontinuos inactivos en paro, sería mucho menor. Concretamente, de 88.423 trabajadores (un 2,6%), es decir, tres veces menos. Este segundo registro es más parecido al que se observó en 2019 -último ejercicio no contaminado por la pandemia- en el que el desempleo se redujo en 122.156 personas (un 3,7%).

Sin embargo, el efecto global que tiene la irrupción de los fijos discontinuos es neutro a lo largo del año. Para entenderlo hay que comprender cómo funcionan los patrones estacionales que estructuran el empleo en la economía española.

En un año normal en el que la economía se expande, el paro comienza a disminuir en marzo y cae hasta junio gracias a las contrataciones que se producen de cara a la temporada alta turística. Hasta el año pasado, esa creación de empleo se hacía principalmente a través de contratos temporales, que se destruían cuando finalizaba el verano. En consecuencia, entre agosto y noviembre el paro aumentaba hasta que las empresas volvían a contratar en diciembre para la campaña de Navidad.

Sin embargo, la irrupción de los contratos fijos discontinuos en sustitución de los temporales ha alterado esa tendencia. Ahora, una parte importante de esos empleados que en primavera trabajaban con un contrato temporal que se destruía con la llegada del otoño son fijos discontinuos. Es decir, se les llama en la temporada alta y pasan a la inactividad en la baja, pero siempre tienen un mismo contrato (salvo que les despidan).

Dado que los fijos discontinuos no cuentan como parados en ningún momento del año, estén o no activos, cuando el paro cae en primavera y verano ellos no contribuyen a la bajada. De la misma forma, tampoco contribuyen al aumento del desempleo cuando el paro vuelve a repuntar a partir de otoño. Si se tiene en cuenta que tras la reforma laboral el número de contratos fijos discontinuos firmados se ha multiplicado por más de diez, la distorsión que se produce en la estadística es evidente, aunque no se haya cambiado la forma de medir el desempleo.

Como la reforma laboral solo lleva en vigor plenamente desde marzo del año pasado, hasta ahora el efecto que más se ha notado ha sido el segundo. Es decir, el paro registrado observado en el tramo final del año ha sido mucho menor de lo habitual. De hecho, en octubre y noviembre ha disminuido, cuando tradicionalmente suele aumentar. 

Sin embargo, cuando el boom en las contrataciones vuelva a partir de marzo, el descenso del paro será, previsiblemente, menor que lo que se ha observado en el pasado. Los fijos discontinuos que ya tenían contrato volverán a ser llamados y no abandonarán las listas del paro como sí ocurría cuando firmaban un contrato temporal para la temporada alta.

La distorsión en la lectura del dato del paro registrado tras la explosión de fijos discontinuos ha llevado a varios expertos a prestar más atención a otros indicadores que miden con más precisión la evolución del mercado laboral. Es el caso de la afiliación a la Seguridad Social, donde solo se cuentan como dados de alta los fijos discontinuos que están activos, o la tasa de desempleo que aparece en la Encuesta de Población Activa (EPA) que sí incluye a los fijos discontinuos inactivos que buscan trabajo. Según la última EPA, el paro se redujo en 79.900 personas el año pasado, una cifra muy parecida a los 88.423 que resultan de sumar a los fijos discontinuos a la estadística del SEPE entre enero y diciembre.

El auge de los fijos discontinuos

El contrato fijo discontinuo, que ya existía antes de que el Gobierno aprobara la reforma laboral a finales de diciembre de 2021, ha experimentado un auge sin precedentes tras la entrada en vigor de la nueva normativa laboral. La reforma restringió severamente el uso de los contratos temporales, lo que provocó que ese empleo se canalizase por la vía del contrato indefinido. 

Aunque la mayor parte de esta temporalidad se ha sustituido por contratos indefinidos tradicionales (a tiempo completo y parcial), una parte importante se ha canalizado a través del fijo discontinuo. Hasta el punto de que en el segundo semestre del año pasado se firmaron diez veces más contratos de este tipo que en el mismo periodo de 2019. Sin embargo, el número de afiliados a la Seguridad Social con este contrato ha aumentado mucho menos: en febrero, el número de afiliados fijos discontinuos era algo más de dos veces superior al mismo mes de 2019.

El contrato fijo discontinuo está diseñado para empleos en los que la actividad se concentra en periodos determinados del año con parones en otros, lo que se refleja en las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social. En los meses de verano, la mitad de los fijos discontinuos estaban empleados en actividades muy vinculadas al turismo. En julio y agosto, los trabajadores en servicios de comidas y bebidas, alojamiento y actividades deportivas, recreativas y de entretenimiento suponían el 51% de todos los afiliados con contratos fijos discontinuos.

Sin embargo, la imagen cambia cuando la temporada alta estival llega a su fin. A partir de noviembre, muchos fijos discontinuos empleados en el sector del alojamiento o en restauración entran en la inactividad. Por el contrario, los que trabajan en educación, que han estado inactivos durante el verano, vuelven a ser llamados en octubre tras la vuelta del curso escolar.

Jorge Millán
Redactor '20minutos'

Redactor de Economía y Datos desde 2021. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. En 20minutos desde 2019. Antes pasé por la sección de Internacional del diario El Mundo. Adicto al Excel y a la web del INE. En lucha constante por acercar el obtuso lenguaje de la economía a la realidad de las personas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento